Buscar la felicidad fuera de nosotros mismos es como intentar atrapar una nube. La felicidad no es un objeto: es un estado de ánimo. Tiene que ser vivido. Ni el poder terrenal ni las estrategias para hacer dinero podrán capturarlo jamás. La inquietud mental es causada por enfocar la conciencia en el exterior. Esa inquietud es garantía de que la felicidad seguirá siendo inalcanzable. El poder terrenal y la riqueza no eran mentales. Una vez obtenidas, solo sirven para diluir la felicidad. Ciertamente no pueden aumentarlo. Cuanto más dispersamos nuestras energías, menos energía nos queda para dirigirlas hacia una tarea específica. La ansiedad y la agitación son hábitos que surgen como un pulpo desde las profundidades del océano de nuestro subconsciente, lanzando sus tentáculos alrededor de nuestra mente y aplastando hasta la muerte toda la paz interior que alguna vez conocimos. La verdadera felicidad nunca se encuentra fuera del Sí mismo. ¡Buscarlo más allá del Ser es como perseguir el arcoíris en medio de las nubes!
Porque nuestra idea de la felicidad está equivocada
La mayoría de la gente cree que buscar la felicidad es sinónimo de:
Obtener la aprobación de los demás.
Acumular riqueza
Tener un estatus social alto
No tener que trabajar
Tener más tiempo libre
¿Puedes entender lo que todos estos puntos tienen en común? Estos son objetivos externos, materiales y abstractos. Buscar la felicidad no significa competir en una carrera que no nos pertenece y que no comprendemos del todo solo porque todos lo hacen. Desde que somos niños, la sociedad nos ha presentado este modelo de vida basado en el materialismo como la apoteosis del éxito y la realización personal, pero se olvida de darnos una lección importante: ser felices depende sólo de nosotros mismos. Seguramente habrás oído hablar de algunas personas que ganaron millones en la lotería y luego quebraron unos años después, o peor aún, perdieron el contacto con amigos y familiares o enfermaron gravemente debido a la ansiedad que les provocó esta inesperada suma de dinero. Es un fenómeno social muy interesante que nos da una mirada más profunda a la idea distorsionada que tenemos de la felicidad. En el extremo opuesto del espectro podemos encontrar personas que trabajan la tierra, viven en contacto con la naturaleza, no tienen casi nada y están satisfechas, serenas, en paz. Personalmente me he encontrado con muchas más sonrisas entre aquellos que no tenían nada material que compartir que aquellos que vivían en el lujo y eran reconocidos por los demás como una "persona exitosa" - ¿por qué? ¿Qué saben estas personas que muchos de nosotros extrañamos? Quienes somos verdaderamente felices conocemos una verdad tan simple como disruptiva: la felicidad reside únicamente en nuestra mente y es totalmente independiente de lo que poseemos o de nuestro estatus social.
5 consejos para ser feliz
Estar agradecidos. Cada mañana, tan pronto como te despiertes, agradece al universo por lo que tienes. Recuerda que si tienes un techo sobre tu cabeza, una cama para dormir y comida en la mesa, tienes más suerte que la mayoría de la humanidad. Piensa en todas las personas que te rodean y que te quieren, la oportunidad de vivir, tu salud, la naturaleza que es tu amiga. La gratitud tiene un poder increíble y también es uno de los principios en los que se basa la ley de la atracción.
Enfrenta la vida con una sonrisa. Tan obvio como suena, el viejo dicho "la vida te sonríe si la miras sonriendo" es increíblemente cierto. La actitud mental que adoptamos hacia las personas, situaciones y eventos externos es capaz de remodelar la realidad que nos rodea y cambiar totalmente nuestra percepción de las cosas. No siempre tenemos control sobre lo que sucede a nuestro alrededor, pero tenemos el poder de decidir cómo reaccionar dentro de nosotros y este poder crea conciencia, equilibrio. Si vemos una foto de una persona disfrutando de unas vacaciones, podemos tomar dos caminos: dejarnos llevar por la envidia o alegrarnos por ella. ¿Cuál de las dos opciones mejorará nuestro día en lugar de empeorarlo?
No pongas tu felicidad en manos de otros. Un error que muchos cometemos es hacernos dependientes emocionalmente de alguien, ya sea un amigo, pareja o familiar. Si te das cuenta de que tu felicidad está íntimamente ligada a esa persona, a su aprobación, a su cariño y a sus acciones, estás en el camino equivocado porque crees que no mereces nada mejor. Empieza a amarte a ti mismo, día tras día, incluso y sobre todo si te parece difícil, y a asegurarte de que tu felicidad no dependa de nadie más que de ti. Porque solo amándonos y respetándonos a nosotros mismos podemos amar a los demás de la manera correcta, conociendo nuestro valor y poniendo los límites correctos, sin llevarnos a la dependencia emocional.
Encuentra tu misión. Todos estamos aquí por una razón, por un propósito superior. Pero la mayoría de las personas viven sus vidas un día a la vez, sin pensar en nada que no tenga nada que ver con su trabajo o sus necesidades materiales. Buscar tu propósito más profundo, tu “centro”, y dedicarte a él con todo tu ser es un paso muy importante hacia la felicidad. Los japoneses lo llaman ikigai y hablamos de ello en este artículo.
Conócete a ti mismo. La meditación y el yoga no son simples ejercicios de concentración y flexibilidad, su objetivo final es conocernos mejor, explorar nuestra espiritualidad y hablar con nuestro ser más profundo. Conocerse no es una meta a alcanzar, sino un camino continuo, y la felicidad radica precisamente en este maravilloso viaje sin destino. Una vez que alcances esta conciencia, tendrás la felicidad en tus manos y te sorprenderá cuánto poder tiene nuestra mente. Sin necesidad de ayuda externa.
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