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Los cuencos Tibetanos


Los cuencos tibetanos son instrumentos musicales antiguos originarios del continente asiático que producen un sonido rico y profundo. Difundidos por toda Asia y recientemente también en Occidente, promueven la relajación y se cree que tienen poderosas propiedades curativas.


En este artículo descubrimos todos los beneficios de las campanas tibetanas, sus orígenes, cómo funcionan y cómo aprovecharlas para favorecer la meditación.



Que son

Un cuenco tibetano es un cuenco generalmente hecho de una aleación de bronce que contiene cobre, estaño, zinc, hierro, plata, oro y níquel. Se toca golpeando o frotando el borde con un batidor de madera o de cuero. Este roce hace que los lados y el borde del cuenco vibren, produciendo un sonido rico y pleno. Las propiedades únicas de los cuencos tibetanos se han utilizado como un medio para investigar la interacción de un líquido con materiales sólidos, una situación que ocurre en muchas aplicaciones de ingeniería, como la acción del viento en puentes y edificios. Cuando se frota un cuenco lleno de líquido, los ligeros cambios en la forma del cuenco alteran la superficie en el borde del agua, generando pequeñas ondas. Además, cuando estas estimulaciones son lo suficientemente intensas, las ondas se rompen y provocan la expulsión de gotas. Los monjes budistas han utilizado durante mucho tiempo cuencos tibetanos en la práctica de la meditación. Incluso algunos profesionales del bienestar (incluidos los musicoterapeutas, los masajistas y los terapeutas de yoga) utilizan su sonido durante las sesiones como una forma de relajación. A lo largo de los siglos, los cuencos tibetanos se han utilizado para muchos propósitos, entre ellos, la reducción del estrés y el alivio del dolor. Cuando se usan junto con otras prácticas de atención plena, como la meditación y la respiración profunda, pueden convertirse en una maravillosa ayuda para ayudar a la concentración. Veamos por qué.


Beneficios

La terapia de sonido con cuencos tibetanos es una forma antigua de regeneración. El sonido de estas campanas armoniza con ambos hemisferios del cerebro, generando una profunda relajación, reduciendo el estrés a todos los niveles y estimulando la eliminación de toxinas del organismo. Después de escucharlos, las emociones se calman y la mente se aclara, tanto que las vibraciones sonoras continúan produciendo sus efectos incluso después de que el sonido ha cesado. Pero, ¿de qué proviene exactamente este efecto terapéutico? El sonido es sin duda uno de los medios más poderosos para reequilibrar nuestras frecuencias energéticas, ya que sus ondas pueden llevar al cerebro a diferentes estados de conciencia. Pensemos, por ejemplo, en las frecuencias sonoras que se utilizan para estimular el sueño o la concentración. Las campanas tibetanas funcionan precisamente por las ondas sonoras que se emiten cuando se golpea el cuenco con la aldaba. Estas vibraciones son tan significativas y organizadas que tienen la capacidad de mover diferentes elementos, como el agua, formando diseños y patrones fascinantes. Hoy tenemos la tecnología que nos permite filmar de cerca un cuenco lleno de agua y luego reducir la velocidad de la grabación para revelar lo que sucede con cada golpe de la aldaba. Podemos observar la forma delicada en que las vibraciones del cuenco levantan y manipulan el agua, haciendo que las gotas bailen por la superficie de forma coreografiada. Dado que los seres humanos están compuestos por una gran cantidad de agua, no sorprende que un cuenco cantor pueda tener un efecto significativo en las vibraciones del cuerpo. Algunos practicantes creen que si podemos hacer que nuestras vibraciones armonicen con las de un cuenco tibetano, las oportunidades para el equilibrio y la curación se vuelven infinitas.



Sus sonidos también tienen influencias beneficiosas a nivel físico, mental y espiritual. Aquí hay una lista de ellos. Cuerpo

  • Relajación profunda y regeneración muscular

  • Alivio del dolor de articulaciones, músculos, ciática, dolores de cabeza migrañas

  • Mejora de la circulación sanguínea

  • Mejor digestión

  • Eliminación de toxinas del cuerpo.

  • Fortalecimiento del sistema inmunológico

  • Mente

Relajación

  • Aliviar tensiones y bloqueos mentales y emocionales.

  • Mejor concentración

  • Más energía y fuerza en la vida cotidiana.

  • Mayor confianza en sí mismo, mayor potencial creativo.

Espíritu

  • Mayor autoestima

  • Mejor equilibrio y armonía.

  • Sensación de dicha y ligereza.

  • Limpieza de chakras

Estudios científicos Hasta la fecha, muy pocos estudios científicos han examinado los beneficios potenciales de los cuencos tibetanos, a pesar de su larga historia. Los análisis de las ondas cerebrales electromagnéticas han confirmado la existencia de ondas claramente reconocibles, que están conectadas a diferentes estados de conciencia. Se sabe que el cerebro en su estado normal, es decir, en la conciencia cotidiana, produce ondas beta. En cambio, las ondas alfa están presentes en estados de meditación y concentración profunda. Las ondas theta son típicas del estado de sueño, mientras que las ondas delta solo están presentes durante el sueño profundo. Cuando se registraron las ondas producidas por los cuencos tibetanos, los científicos descubrieron patrones de onda que eran los mismos que las ondas alfa generadas por nuestro cerebro durante la meditación. Estas ondas dan una sensación de profunda relajación.


Origenes

Los cuencos tibetanos tienen un pasado misterioso y no se sabe mucho sobre sus orígenes. Su historia comenzó mucho antes del amanecer de la civilización moderna, con el resultado de que la información escrita sobre ellos es casi inexistente. Se dice que los primeros se originaron en Mesopotamia hace más de 5.000 años, lo que haría de su producción una de las artesanías más antiguas de la historia. Se cree que las primeras campanas se hicieron de cobre puro y se crearon con fines medicinales y musicales. Tiempo después comenzaron a forjarse en latón y este último apareció en la región china del Tíbet en los albores del siglo pasado. Los orígenes tibetanos de las campanas se han sumado a su ambigüedad histórica. Aunque se podían encontrar dentro de monasterios y casas, se decía que a los monjes no se les permitía hablar sobre estos instrumentos. Los informes anecdóticos creen que los monjes tibetanos usaron estas campanas para ritos sagrados y secretos. Incluso se dice que estos rituales eran de naturaleza tan espiritual que les dieron a los monjes la capacidad de viajar a otros reinos y dimensiones. Durante la invasión china del Tíbet a mediados del siglo XIX, la población local huyó llevándose consigo sus preciadas posesiones, incluidos sus cuencos tibetanos. Para sobrevivir a la crisis, los monjes se vieron obligados a vender sus campanas y otros objetos de valor. Esta circunstancia propició la difusión de los cuencos tibetanos por todo el mundo, así como la desaparición del conocimiento esotérico sobre los mismos. Hoy en día, los sonidos místicos de los cuencos cantores se pueden escuchar en muchos lugares diferentes, como centros de curación, estudios de yoga y templos. Aunque su historia se ha perdido, lo cierto es que siguen representando una poderosa herramienta espiritual hoy como lo fueron hace miles de años.


Para crear un sonido con un cuenco tibetano, simplemente frota la aldaba de madera firmemente sobre la campana, con un movimiento circular contra el borde o el diámetro exterior del cuenco. Cuando escuche un tono profundo y claro, puede ralentizar el movimiento. Use todo su brazo para hacer esto en lugar de simplemente girar la muñeca, y aplique presión progresiva hacia el centro a medida que el sonido se hace más fuerte.


Puedes dar un golpe inicial con el botón para que la campana entre en resonancia más rápidamente. Otra forma de tocar los cuencos tibetanos es simplemente golpearlos como un gong; este método se suele utilizar para campanas grandes, mientras que para las pequeñas (las más comunes del mercado) se pueden utilizar ambas técnicas. Cuando la tocas, tenga cuidado de colocarlo en la palma de su mano, con los dedos extendidos frente a usted.


Usa la parte de madera de la aldaba (la que no tiene moldura) para golpearla o frotarla. Si por el contrario tienes una campana más grande, puedes colocarla sobre un cojín y tocarla con baquetas o baquetas recubiertas, o llenarla de agua para observar de primera mano los maravillosos efectos que produce sobre los líquidos.


Conclusión Aunque sus orígenes son inciertos y existe poco respaldo científico sobre los beneficios curativos de los cuencos tibetanos, el efecto relajante que produce su sonido es innegable y representa una maravillosa ayuda para nuestras sesiones de meditación.

 

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